Nos costo mucho sacarlo del jardín de la academia, pues esta todo lleno de figuras decorativas de enanitos y animales (ranas, caracoles, cocodrilos...). No quería darme un beso, pero fue fácil sobornarlo con poder tocar las figuras, sino es así no había manera. Cotiza muy alto sus besos y abrazos, con lo que a mí me gusta achucharlo.
Cuando conseguimos sacarlo de allí, lo acompañamos un rato en dirección a su casa.
Pasamos un rato muy divertido en el camino y al despedirnos nos dio abrazos y besos ( por supuesto hubo otro chantaje).
Parece mentira los niños de hoy en día lo espabilados que están, yo no recuerdo haber negado nunca un beso y ahora tienes que sobornar para conseguirlo. Eso me da rabia por que yo lo estaría besando y abrazando todo el rato, como a un osito de peluche. Si hiciera eso me daría un guantazo, Ja, Ja, Ja.
Menudo carácter con solo 2 años.
Aquí os lo presento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario